23 diciembre, 2013

Escuela Arequipeña: La Iglesia de la Compañía

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Considerada una de las edificaciones más importantes del barroco mestizo sudamericano, la Iglesia de la Compañía, cuya construcción se inició a finales del siglo XVI, fue trabajada íntegramente en sillar, la piedra volcánica blanca que identifica el casco urbano colonial del Centro Histórico de Arequipa.

 

Ubicada en una de las esquinas de la Plaza de Armas, la Iglesia de la Compañía ha sobrevivido los terremotos y bombardeos que han asolado la Ciudad Blanca, así como las expulsiones y persecuciones infligidas a la Compañía de Jesús, la congregación religiosa que en 1450 fundó el español Ignacio de Loyola en Roma.

 

El templo y sus claustros constituyen el monumento más representativo de la Escuela Arequipeña, que ejerció su influencia no sólo en las iglesias cercanas -Cayma, Yanahuara, Paucarpata y Characato-, sino que se extendió por toda la región sur hasta Potosí, en Bolivia, dejando verdaderas joyas arquitectónicas como la Catedral de Puno.

 

Según el historiador español Bernales Ballesteros, es en el tallado de la fachada de la Iglesia de la Compañía de Arequipa donde nace el arte mestizo y culmina el proceso de transculturización hispano-americana. El diseño procede de la península, pero es nativo el tallado de la piedra y los motivos en la decoración. En su interior, destaca el altar mayor, uno de los más bellos de Arequipa, que ostenta en la parte central el cuadro “La Virgen con el Niño”, del pintor italiano Bernardo Bitti, que llegó al Perú en 1575.